Escribe el artículo de opinión de esta semana Unai Arberas, ex-técnico del Aurrera de División de Honor Juvenil, para hablar del difícil equilibrio entre la formación y el rendimiento en la etapa de juveniles de los futbolistas.
Antes de empezar, aclarar que en éste artículo no se responde a la pregunta del título. Tan solo es una opinión al respecto de una duda surgida durante el proceso de entrenamiento en dicha etapa. Por lo tanto, a quien esté buscando una respuesta le recomiendo no pierda el tiempo con esta lectura.
Pero ¿qué diferencia hay entre formar y rendir? ¿Acaso cuando se está formando a un jugador no se le exige rendir al máximo de sus capacidades, con el objetivo final de ganar el partido?
Está claro que en el fútbol profesional todo (o casi todo) está justificado si el resultado es bueno, y que en etapas formativas no “todo” debe valer por lograr un resultado, por lo que aquí me surge una gran duda. ¿Es el fútbol profesional un buen espejo en el que mirarnos para los que trabajamos en futbol base?
El juego es el mismo, tanto para un cadete de 14 años, como para un juvenil de 18, y un profesional de 30 años. En el fútbol, aunque la colaboración con los compañeros sea una de las claves del éxito, el objetivo es hacerle gol al rival, por lo que es un deporte mayormente antagonista. Y, en mi opinión, debemos tener claro ese aspecto a la hora de entrenar, sea en ámbito formativo o competitivo. Por lo tanto, si el objetivo principal del juego es hacerle gol al rival para ganar el partido ¿Qué grado de importancia debemos darle al resultado en las diferentes etapas del fútbol base?
En cuanto a la etapa juvenil, que es la que nos atañe en éste artículo, debemos tener en cuenta que no podemos meter a todos los equipos en el mismo saco, ya que hay que tener en cuenta el contexto de cada equipo. Por ejemplo, será muy diferente el objetivo que se le marque al entrenador de un equipo juvenil de un club profesional o al entrenador de un equipo modesto de barrio.
Por lo tanto, una de las conclusiones que podemos extraer es que el rendimiento en etapa juvenil, referido a batir al adversario, ganar el partido, o cómo queramos llamarlo… debe estar implícito en el proceso formativo del fútbol. Pero, la labor del entrenador, y sobre todo, del club, debe ser la de establecer qué grado de importancia debe tener en dicho proceso en función del contexto en el que se encuentre el equipo o jugador que debe participar en el entrenamiento