Los seis jugadores alaveses no pueden entrenar con sus compañeros debido a las medidas contra el COVID-19.
La semana pasada el Zalla sorprendió a los aficionados anunciando que abría sus entrenamientos a los jugadores de la localidad que pertenecieran a clubes de otros municipios y no pudieran ir a entrenar por las restricciones de movimientos determinadas por las autoridades. Esta iniciativa ponía la luz en el foco en un problema que se está viviendo actualmente.
Ejemplo de ello son Julen Otazu, Adrián Ortiz de Urbina, Jon Ander Burgos, Asier Baztán, Aitor Íñiguez de Heredia y Martín Asurmendi jugadores vitorianos de la U.D. Aretxabaleta (División de Honor gipuzkoana-Grupo 2), que no pueden abandonar el municipio para tomar parte de los entrenamientos en el campo de fútbol de Ibarra.
La situación "nos han cortado nuestra buena dinámica de cuajo" en palabras de Aitor Íñiguez de Heredia, aunque "gracias a las redes sociales seguimos manteniendo el contacto y podemos vernos al menos del zoom" apunta Jon Ander Burgos. Además las circunstancias han obligado a los jugadores alaveses a buscar soluciones para no perder el tono físico como en el caso de Burgos que estaba entrenando con el Ariznabarra, "complementando los entrenos, con gimansio y con deporte individual". Por su parte, Íñiguez de Heredia, que estaba esperando la confirmación de un equipo alavés para poder entrenar con ellos, recurre al planning físico enviado por el equipo combinándolo con otras actividades físicas que hago por mi cuenta o con algunos amigos, "dentro de lo legal" aclara.
Estos seis jugadores son un ejemplo de los jugadores afectados por esta situación, similar a la que sucede en otros lugares de la provincia como en el valle de Aiala, Rioja-Alavesa o Lantarón. Por eso, se agradecen los gestos de equipos que abren sus entrenamientos (cuando sea posible de nuevo entrenar) a los jugadores afectados por la falta de movilidad intermunicipal.